Pues me cae mal.

Esa fue la sentencia de Maricón cuando preguntó acerca del chico del beso.

Le conté que había cruzado la mirada con él, el sábado, en un lugar remoto en el que uno de los dos no tendría que haber estado.  Y después de explicarle la situación me dijo eso de…

Pues me cae mal. Si tiene novia que no mire y vaya calentando a otras. Yo cuando he tenido pareja no iba haciendo el tonto. Y si lo hace porque le falta pasión en su relación o no está enamorado, entonces le faltan huevos. Y con un tío sin huevos tampoco es conveniente perder el tiempo. (Pienso)

Pensé que la teoría me la sabía pero que no lo ponía en práctica. Me recomendó que me alejara de los Sinhuevos (de aquí nos sale una nueva clasificación, si no, al tiempo) y después de admitir yo que lo intentaba pero que estaba bastante pillada dijo...

Eres una romántica de mierda, pero desde fuera da grima. Una yonkie de la pasión. Estás pillada por la historia no por el actor.

Y  me estalló la verdad en la cara. Que fino hila este muchacho cuando razona… pero no se quedó ahí:

Estás en el momento perfecto para que aparezca un Él. Pero ese él que no sea cualquiera. Eres guapa e inteligente, seguro que no tardará en llegar. Llegará cuando tú estés equilibrada. 

Esto lo culminó con un precioso: “Madre mía, como hablo, soy la puta hostia, si pudiera me follaba a mí mismo”.

 A lo que yo le di gustosa mi bendición para hacerlo pues, oye, ¿qué quieres que te diga? El muchacho mal no calza y, como le dije, sobre todo, respeto a su pene. Como es de esperar, llegados a este punto la conversación degeneró  a que iba enseñando la chorra por el tren pidiendo opinión, de la dificultad de hacer el pingüino en el tren, de la entrada que le iba a dedicarle a él y a su pene aquí y su condición de matrona…. Que ayuda a concebir el conocimiento… “siempre lo has tenido dentro” dijo… “El pene no, el conocimiento”

De ahí llegó al permiso para follar con rabos idiotas, pero que me anduviera con ojo, que soy una yonkie y no todos son Dioses del sexo, bendecidos para hacer felices a las mujeres. Todo esto se lo agradecí con un sentido: “Dios del Olimpo, baja de las nubes si quieres que te bese el pito.”

Hubo más, acerca de citas programadas, olimpiadas sexuales, trabajo y varietés. Llegó, me agradeció la compañía y me dijo que era una persona genial y que lo sabía.

Me dio un buen par de hostias para luego acariciarme con cariño y solo con palabras en la distancia, pero puedo decir que sentí que hice ese viaje con él. 

No voy a extenderme demasiado porque si no su ego desmesurado hace que se ponga pesado con su dialéctica y su pene maravilloso... Pero sí te daré las gracias, de corazón, por esta peculiar amistad que tenemos, por esas cosas que solo comparto contigo (como la mandanga) y por la persona tan auténtica que eres, con tus luchas y superaciones, digna de admirar.