Mr P. reapareció para sincerarse. Como ya nos veníamos oliendo es un hombre comprometido, y no solo con su trabajo, que encontró en este pedazo de carne lo que le falta en la nevera.
No sabe si quiere o no a su pareja, pero si sabe lo que quiere de mí. Y sin comerlo ni beberlo me convertí en la persona en la sombra de una infidelidad.
Su sinceridad me ha llegado tarde, por que tendría que haberse molestado en contármelo antes de llegar a mi cama. Pero, como tantos, no es más que un cobarde reprimido que no tiene el valor suficiente para cuestionarse siquiera su propia existencia.
Anoche me llegó un mensaje diciendo que merecía una explicación: "Si te parece, quedamos mañana por la tarde". Cuando ya le había dicho que sí soltó la bomba informativa y ante mi negativa insistió. Incluso se puso poético:
" Quiero volver a enloquecer y enloquecerte de nuevo... para volver un día y otro"
" No puedo ofrecerte nada, solo ratos fugaces, solo el estar sin estar, el ser sin ser, el venir para marcharme"
Y yo aguantándome los improperios y los peores insultos del mundo. Cómo podía pretender liarme de nuevo entre sus piernas, siendo yo consciente de que tiene pareja? Mi negativa fue contundente y, a pesar de eso, el seguía insistiendo.
Así que os digo una cosa, que no hay nada peor como que un hombre mancille el honor a su mujer como que intente hacer participe a otra de forma consciente. Y las que aceptan ese trámite, así sea por sentimientos o por carnalidad, no merecen más que sus corazones, oscuros y retorcidos, se pudran solos e inconsolables por toda la eternidad.
Va contra mis principios faltar al respeto de ese modo, primero a mi misma y segundo a una pobre ignorante que no sabe con quien camina.
Así que, infieles conscientes, por uno y otro lado, sois escoria!
Si confías en tu cuerpo y confías en ti
verás que estás en lo cierto.
Green Valley
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