Sueños.

Y esas cosas raras que me pasan.

En un corto espacio de tiempo he soñado con alguien que en esos escasos días me ha hecho recordar que todavía puedo creer en el hilo rojo.

El concepto aparece en la mitología japonesa. Según la historia los dioses nos han unido mediante esos hilos rojos.

Porque en el momento en que aparece un extremo del hilo la conexión es casi automática, la confianza natural y la incerteza secundaria.
Yo tengo la suerte de tener más de un hilo rojo... Eva, Núria, mis bombolles, Laia... Y, al parecer, uno más y, quizás, algunos por descubrir.

Hoy tenía un post preparado acerca de la provocación ( y esas maldades que tanto os gustan, bastardetes) pero me a apetecido más brindar.
Brindo por los hilos rojos, por los que nos queremos, por los que nos besamos aunque nos veamos todos los días, por los que nos usamos de apoyo, muro de lamentaciones, saco de boxeo y paño de lágrimas, por los que comentamos el estado de nuestro tránsito intestinal, compartimos tupper, mantas o desodorante.

Brindo por vosotros, por nosotros.


2 comentarios:

  1. que bonito lo del hilo rojo! estamos conectados si o si... besos bella! t' estimeeeeeeeeeee

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  2. Q bonito!!! Me encanta ser parte del hilo rojo...brindo yo tb

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