Veamos esta teoría desde el otro punto de vista, pequeños bastardos. Desde el
lado oscuro, el reverso tenebroso… desde la estrella de la muerte. Es decir,
desde el lado de la que lleva tres días esperando.
Han pasado esos tres días, post silencio o post supresión de
comunicación confirmada, y si no te encabezonas en seguir dándole vueltas a la
pelota, ya pasó. El nudo tiene que haber desaparecido igual que todas las películas
mentales, las macabras y estúpidas teorías y el llanto contenido a ratos. Todo
eso pasando por el ojeo despechado de la agenda, las fantasías con un
reencuentro en el que todo se arregla y os pasáis la vida fornicando y teniendo
cachorros o la satisfacción de una probable bofetada que se podría comer si
aparece.
Como si fuera la primera luz del quinto día de Gandalf, al
alba miras al este, con tu bol de avena, muesli y canela en las manos, respiras
y le echas el par de cojones valor que aquel no echó.
Todo muy épico.
Suspiras forzadamente dejando salir esos demonios que
martillean tu cabeza hasta provocarte vértigo, sacas un buen palabra de honor
del armario y escoges unas bragas de tul a conjunto, vuelves sacar el carmín
más rojo, te sonríes pícaramente en el espejo del ascensor y te echas un par más de cartuchos en el bolso, por si esa noche necesitas más balas.
La vida está para vivirla, y para sufrirla también. Pero el
sufrimiento tiene duración opcional.
Y como dije en su día… Y que nos quiten lo follao bailao!
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