Y es que no se que pasa que no me sale.
A pesar de las constantes escapadas de mi zona de confort a lugares que me daban vértigo, a pesar de correr riesgos extraños, de miles de pasos acompañada a lugares de esos que hacen que la gente me mire un poco raro o de miles de temores que, a veces, hacen que me despierte navegando en un llanto extraño que ni yo misma entiendo...
No me sale.
Supongo que no me sale porque era más estimulante satirizar mi vida con las historias de Jeremy y el Sheriff y de las versiones de la teoría de los 3 días... Incluso de Mr. P (que no hace mucho volvió a aparecer intentando, en un último esfuerzo, hacerme cómplice consciente de su infidelidad) o de los microcuentos que me despertaban a las tantas...
No me sale. Será cuestión de ordenarme, que lo que vienen a ser historias, no me faltan.
No me sale... será porque estoy tranquila y porque me gustan las camisas divertidas (y transparentes, muy transparentes)
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