Evolución.

Queridos, al parecer, mis post dan la sensación de que ando triste o apenada.

Nada más allá! Todo lo contrario. Estoy feliz y tranquila. Me siento amada y querida, respetada y valorada, valiente, fuerte y decidida. Lo que he querido expresar con posts anteriores es mi evolución. 

He tenido tendencia toda la vida a rodearme de gente tóxica, personas que me hacían sombra por mi propia voluntad y hombres que no me valoraban como es debido.

Hoy en día todavía hay especímenes que se dan el lujo de tratarme como un mero objeto, como los he usado yo, así que se podría decir que hay trato. La diferencia es que ya no me engatusan palabras que endulcen actos vacíos ni me creo historias a modo de excusas baratas. No paso por alto ni una falta de respeto ni ninguna desconsideración o grosería fuera de contexto.

Nunca he sido una princesa, y nunca lo voy a ser, por lo que no pido que se me trate como tal. Solo espero de los demás, tanto hombres como mujeres, que me traten como a un igual.

Soy grosera, malcarada, algo macarra y tengo un pronto regular. Nunca he sabido caminar en tacones y seguro que esta noche prefiero pasármela delante de la tele, con una maxi burguer o unos burritos viendo a la selección de baloncesto, que arreglándome para ir a alguna discoteca que use la diada de Catalunya como excusa para vender alcohol barato a jóvenes veinteañeros.
Y quien sabe si después no me vea algo como Fantastic Mr. Fox o Blind Side o me ponga al día con The Strain o incluso amanezca matando arqueros esqueléticos de Minecraft.

¿Por qué? Porque es lo que me apetece, me importa poco lo que piensen ya.

Por lo pronto, feliz miércoles.