Mis queridos bastardos, hoy vengo enfadada, enfrascada en plena batalla con mi compañía telefónica que me tiene sin servicio de Adsl y voz y encima vacilándome.
Así que os hablaré de otro tipo de hombre que me enfada de forma desesperante.
Nunca os ha pasado, que habéis ido al súper y os habéis equivocado al coger los yogures? Llegas a casa y... Horror! Desnatado natural sin edulcorar y sin azucarar!
Y lo peor de todo es que lo único que tienes para que no parezca que estás bebiendo leche agria es sacarina en pastillas.
Te pasas horas revolviéndolo, batiéndolo, dándole una textura que hace de tu brazo una herramienta mecánica que pone al punto de nieve solo con enseñar las muñecas.
Cuando, al fin, llega el momento de comer estás tan angustiada y cansada de la puesta apunto que no te sabe a nada...
Pues así, con los hombres. Te marean, te ponen apunto y luego no vale nada de nada! Estás tan cansada de horas de mareo, ya sea por pereza o por intento de perfección idílica y de edulcorantes baratos que cuando te metes la primera cucharada en la boca ya sabes que el esfuerzo no va a valer la pena.
Y lo peor, es que no te equivocas.
Por un mundo sin 0.0%!
¡Ueeee! ¡Por fin hay comentarios! Por fin alguien podrá dar réplica a tus afirmaciones y sentirás el mazazo de la realidad tras escribir una entrada jajaja... ¡fiesta!
ResponderEliminaryujuuuu!!
ResponderEliminarAhora que ya queda comprobado que puedo postear, mi opinión es que damos por sentado que debemos comer un yogur y que puede que incluso debamos añadirle edulcorante en el formato que sea para poder comer un postre y nos olvidamos que es más fácil comprar algún otro postre, que puede que no lleve bifidus y mil historias, pero seguramente el azúcar no faltará. Centrarse en un único producto hace que perdamos visión sobre el resto.
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