Ayer después de cenar me puse a cotillear la tele.
Sí, mi placer secreto es cotillear, de vez en cuando, la tele basura.
Desde los programas de veterinarios con pinta de Ken hasta los de cirugía estética a lo loco, pasando por las malas pécoras de los vestidos de novia y los tatuadores con pinta de mafioso.
Pero ayer... Ayer llegué a TEN. Ten, Canal de la TDT del Grupo Secuoya, que ayer emitía:
Tal cual. Un grupo de especialistas pasan un casting a chicas tratándolas como pedazos de arcilla moldeables a imagen y semejanza de la mujer florero ideal.
Que le gusten los niños, claro está que los millonetis vienen con mochila y no se van a encargar ellos de sus propios hijos.
Que les guste hacer deporte, no sea que no sea él capaz de cargar con sus propios palos de golf.
Que les guste cuidarse, por y para ellos, que lo que ellas quieran no cuenta.
Que les guste que les traten como a pedazos de carne, porque es lo que son las mujeres que les gusta a los millonarios.
La presentadora, Patti Stanger, se dio cuenta de que los acaudalados hombres de negocios no tienen tiempo para buscar pareja estable, así que creó un "selecto" club: El club de los millonarios. Un servicio para encontrar la mujer ideal por encargo. Las perlas que suelta esta señora no tienen precio. Desprecia sin escrúpulos a las candidatas, en presencia de las mismas, y se jacta con su equipo de cuales pueden ser buenas piezas, o no, en las vitrinas de los clientes. Machismo y desprecio explícito a raudales.
Selección personalizada, asesoramiento de citas y hasta un servicio de estética, entrenadores personales y demás fanfarria para que los señoritos no tengan que comerse demasiado la cabeza. Lo que viene a ser una esposa por encargo en toda regla pero con muchos billetes de por medio.
Lo que no se es como aún me sorprende este contenido; el contenido de una cadena en la que la parrilla son bloques de varios capítulos seguidos de factuals y programas comprados a otras cadenas. Riesgo cero. Reformas canadienses, restauración desastrosa, una macroteletienda y poco más.
En serio, esa es nuestra televisión digital. Luego se quejan de que, cada vez más, la gente joven son un lastre para la sociedad... Pero visto lo visto... Para qué formarse si puedes sacarte un sueldo más jugoso vendiendo tu dignidad?
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Sí, mi placer secreto es cotillear, de vez en cuando, la tele basura.
Desde los programas de veterinarios con pinta de Ken hasta los de cirugía estética a lo loco, pasando por las malas pécoras de los vestidos de novia y los tatuadores con pinta de mafioso.
Pero ayer... Ayer llegué a TEN. Ten, Canal de la TDT del Grupo Secuoya, que ayer emitía:
Millonario busca esposa
Tal cual. Un grupo de especialistas pasan un casting a chicas tratándolas como pedazos de arcilla moldeables a imagen y semejanza de la mujer florero ideal.
Que le gusten los niños, claro está que los millonetis vienen con mochila y no se van a encargar ellos de sus propios hijos.
Que les guste hacer deporte, no sea que no sea él capaz de cargar con sus propios palos de golf.
Que les guste cuidarse, por y para ellos, que lo que ellas quieran no cuenta.
Que les guste que les traten como a pedazos de carne, porque es lo que son las mujeres que les gusta a los millonarios.
La presentadora, Patti Stanger, se dio cuenta de que los acaudalados hombres de negocios no tienen tiempo para buscar pareja estable, así que creó un "selecto" club: El club de los millonarios. Un servicio para encontrar la mujer ideal por encargo. Las perlas que suelta esta señora no tienen precio. Desprecia sin escrúpulos a las candidatas, en presencia de las mismas, y se jacta con su equipo de cuales pueden ser buenas piezas, o no, en las vitrinas de los clientes. Machismo y desprecio explícito a raudales.
Selección personalizada, asesoramiento de citas y hasta un servicio de estética, entrenadores personales y demás fanfarria para que los señoritos no tengan que comerse demasiado la cabeza. Lo que viene a ser una esposa por encargo en toda regla pero con muchos billetes de por medio.
Lo que no se es como aún me sorprende este contenido; el contenido de una cadena en la que la parrilla son bloques de varios capítulos seguidos de factuals y programas comprados a otras cadenas. Riesgo cero. Reformas canadienses, restauración desastrosa, una macroteletienda y poco más.
En serio, esa es nuestra televisión digital. Luego se quejan de que, cada vez más, la gente joven son un lastre para la sociedad... Pero visto lo visto... Para qué formarse si puedes sacarte un sueldo más jugoso vendiendo tu dignidad?