Indecisión.

Buenos días queridos bastardos.

Llevaba días con pocas ganas de escribir, con pocas ganas de todo en realidad. Supongo que todos pasamos por baches anímicos de vez en cuando pero, hoy, cuando me subí al coche y saltó una de mis canciones favoritas volví a cantarla con las mismas ganas de siempre...

Así que he llegado a la conclusión de que lo que me pasa es que estoy cabreada. La gente últimamente me cabrea con actas que se me escapan al entendimiento. Soy una persona simple y con pocas pajas mentales y de ahí que me desconcierte la facilidad que tiene últimamente la gente para despistarme.



Sobretodo gran parte del sector masculino. Antes era todo más fácil, y digo antes remontándome a cuando la mayor duda era si meterse el rastrillo o un puñado de arena en la boca. O decidir entre Pablito o Carlitos, o Juanin o Paquito como novio diario oficial.

Supongo que conforme pasan los años se tiende a la temerosidad, la indecisión, el histeriqueo y a la post-pubertad modernil. Y no solo en hombres ojo, que a las mujeres también les afecta, solo que, yo, en ese sector me fijo menos. Pero por lo general, las chicas parecen, hoy por hoy, más seguras de saber lo que quieren, y es que creo, que las que venimos resurgiendo tenemos la sartén por el mango porque hemos sido las que hemos decidido pegar una patada a nuestra vida para salir corriendo tras sueños y anhelos. También cabe la posibilidad de que seamos consciente de que es lo que realmente NO queremos y no nos tiembla la voz al decirlo.

Pero siempre aparece alguien para desmontarte el chiringuito y hacerte dudar de eso que NO quieres. Aunque os prometo que se pasa (si no le das demasiadas vueltas).

Porque una cosa está clara, en un mar de dudas no se puede navegar eternamente, así que, marineras, ha llegado la hora de surcar otros mares en busca de sirenos de verdad.

:)


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